Cirugía Mínimamente Invasiva

Intervenciones quirúrgicas que se efectúan a través de pequeñas incisiones en el cuerpo, lo que resulta en cicatrices mínimas y permite abordar patologías de diversas características. En Urología se llevan a cabo procedimientos como la vasectomía, el varicocele, la nefrolitotomía percutánea, entre otros.

¿Cuál es el verdadero beneficio de estas técnicas?

El verdadero impacto es inmenso. La drástica reducción del dolor postoperatorio es el cambio más notable; al no haber grandes cortes musculares, la necesidad de analgésicos potentes disminuye, mejorando el bienestar general y reduciendo la ansiedad.

La percepción de una agresión quirúrgica menor, al ver solo pequeñas incisiones, acelera la predisposición del paciente a moverse y mejorar.

Todo esto converge en una recuperación exponencialmente más rápida. Un procedimiento que antes requería una semana de hospitalización ahora puede necesitar solo uno o dos días. El paciente puede caminar el mismo día de la cirugía, reduciendo el riesgo de complicaciones como infecciones o hernias postoperatorias.

Consecuentemente, el reintegro a la vida laboral es radicalmente más rápido. Un paciente con un trabajo de oficina puede volver a sus funciones en menos de 2 semanas, en lugar de las 6 a 8 semanas que requería la cirugía abierta. En esencia, le devolvemos al paciente su calidad de vida y autonomía en una fracción del tiempo, permitiéndole superar un problema de salud grave con una interrupción mínima de su vida cotidiana.